ESTE REPORTAJE FUE PUBLICADO ORIGINALMENTE EL 31 DE MARZO DE 2017 EN WWW.ESLANG.ES
Nadie duda de que King Kong es una de las películas más influyentes de la historia del cine, tanto para bien como para mal. Desde que la película original se estrenara en 1933 y su mono protagonista se convirtiera en todo un icono, se cuentan por miles los filmes que incorporaron en su metraje -muchas veces sin ton ni son- a un señor vestido de gorila, hasta tal punto que, hoy por hoy, el “disfraz de gorila” es un elemento que se asocia directamente con el cine de serie B/Z más cochambroso y desvergonzado.
Y de eso vamos a hablar en este artículo, de mugre cinematográfica y de disfraces de gorila, algo que debería hacer feliz a cualquier persona de bien. Pero no haremos un recorrido por los peores filmes con monos de pega, ya que no acabaríamos nunca. Aprovechando el último y triunfal regreso de Kong a la gran pantalla, mejor centrémonos en los plagios más desvergonzados, en esos otros simios gigantes que tomaron como modelo al emblema de la RKO, con desastroso e hilarante resultado. Conozcamos, por orden cronológico a los primos tontos de King Kong.
Para encontrar el primer plagio directo no hace falta irse a ningún remoto lugar de Asia, por ejemplo; basta con quedarse en la vieja Europa. En 1961 se estrenaba la británica KONGA, la cual no escondía en ningún momento su inspiración. Es más, los responsables del filme tuvieron que pagar derechos a la RKO para poder estrenar el largometraje.
KONGA, que no tiene nada que ver con el baile homónimo -¡cáspita!-, nació a partir del sueño que tuvo el director de ver una versión en color de su idolatrada ‘King Kong’. Y mejor que se hubiera quedado durmiendo. Estamos ante una torpe y aburrida película de “Mad Doctors”, que apenas se salva en el tramo final, donde el científico loco de turno decide inyectar un suero experimental a un orangután, con desternillantes consecuencias. Sí, lo habéis adivinado, el mono se convierte en un señor disfrazado de gorila, para algarabía del público.
Por vicisitudes de la trama, el simio acaba recibiendo más dosis del suero especial, hasta el punto de que, en consonancia con nuestra indignación, va creciendo poco a poco de tamaño, hasta hacerse enorme y arrasar la ciudad de Londres. Aunque lo de hacerse enorme es relativo, ya que los responsables no dominaban bien las perspectivas y, mientras que en un plano Konga es más alto que un edificio, segundos después, en otro plano vemos que su estatura no alcanza el techo de un laboratorio (?¿), y así sucesivamente. Un filme que no oculta sus carencias, sino que las muestra con orgullo y alevosía.
Lo más sorprendente del asunto es que KONGA dio origen a una serie de cómics, que contó con dibujos de Steve Ditko, cocreador de Spiderman.
Pero KONGA no era tan mala si la comparamos con THE MIGHTY GORGA, una de las cumbres -invertidas- del cine zarrapastroso, la cual, desgraciadamente, no vale ni para un rato de risas. Un aburrimiento de órdago que, eso sí, ha pasado a la historia del cine por tener el dinosaurio más lamentable jamás visto en película alguna. No lo decimos nosotros, lo van a admitir vuestros ojos en cuanto veáis el siguiente vídeo.
Así, en THE MIGHTY GORGA encontramos a un saurio gigante que no sería admitido ni en Los Teleñecos, el cual no para de abrir y cerrar la mandíbula; no sabemos si porque se está descojonando de risa o por un ataque de bruxismo. Y cuando uno cree que la película no puede ser más cutre, entonces aparece un señor disfrazado de gorila despeluchado, que se tuerce el lomo con el reptil, en una pelea donde la peor parte se la llevan nuestros globos oculares.
Poco más se puede destacar de este narcoléptico filme donde, suponemos que por falta de presupuesto, el gorila no va a la ciudad, se queda en la jungla, o más bien en el parque donde se llevó a cabo este crimen audiovisual, obra de un cineasta que años después realizaría los efectos especiales de ‘Superman IV’, lo que explica muchas cosas de aquel fallido filme de la Cannon. Y por cierto, ese mismo año, el dinosaurio fue reutilizado en ‘One Million AC/DC’, cuyo guión fue firmado por Ed Wood. Glups.
Llegamos a A.P.E., nuestra copia favorita. Cuando en 1976 se estrenó el remake de ‘King Kong’ de John Guillermin, se volvió a desatar la fiebre simia y surgieron plagios de diversos rincones del planeta, siendo esta imitación surcoreana la más divertida, aunque no pretendiera hacer reír.
En “El Gorila Ataca” -que así fue bautizada en nuestro país-, una vez más tenemos a un señor disfrazado de gorila de felpa haciendo el más estrepitoso de los ridículos, realizando toda clase de incomprensibles aspavientos. Desconocemos si iba moco perdido dentro del traje o es que se estaba muriendo de calor. Y atención a los costurones del disfraz, al que sólo falta que le veamos la cremallera.
Uno de los grandes momentos es la batalla del simio gigante contra un tiburón al que se le deben haber caído los colmillos del susto, ya que se aprecia perfectamente que no tiene dientes. Pero lo más inquietante de todo, es que el tiburón no hace nada, está totalmente quieto y el gorila se abraza y revuelca con él; se retuerce de tal manera en el agua, que uno no sabe si realmente está tratando de vencer al escualo o usarlo de improvisado salvavidas para no ahogarse.
La explicación a tan patética lucha se halla en que los responsables del filme -y esto no nos lo inventamos- usaron un tiburón muerto al que le quitaron la dentadura y le pidieron al actor disfrazado de gorila que hiciera como que luchaba con él. El resultado recuerda, claro está, a cierta batalla de Bela Lugosi con un pulpo en ‘La Novia del Monstruo’ (1955) de Ed Wood…
La película además fue rodada para proyectarse en 3D, y por tanto, aprovechan la más mínima oportunidad para lanzar indiscriminadamente cosas a la pantalla. Así pues, tenemos al gorila gigante lanzando al espectador rocas, barriles e incluso serpientes, con tan buena puntería que, en una de las ocasiones, la cámara resulta ser golpeada -hasta se tambalea del rijostio que recibe- y lo dejaron en el montaje final, como podéis comprobar en el siguiente vídeo:
EL VÍDEO NO ESTÁ DISPONIBLE
Y ese mismo año, 1976, se rodó QUEEN KONG, la versión femenina de KING KONG, una demencial parodia británica con vocación feminista, la cual, podemos admitirlo, es ciertamente divertida. Debido a su descarado título, la cinta recibió la consiguiente demanda de Dino de Laurentiis, por lo que no pudo estrenarse en su país natal, aunque sí llegó a algunos cines de Italia y Alemania. Con el tiempo se convirtió en una comedia de culto en Japón y, gracias a ello, pasados los 90 fue editada en DVD y posteriormente lanzada en otros países.
Pero Kong no es el único que se convierte en mujer en Queen Kong. Con el propósito de dejar al descubierto flaquezas de la trama original, todos los papeles son cambiados de género. De esta manera, ya no hay damisela en apuros, sino un maromo afeminado y bastante tonto que, por motivos inexplicables, acaba enamorando a la reina de los simios. Asimismo, los indígenas ahora son un grupo de amazonas tan mal disfrazadas, que se asemejan a un grupo de marujas recién salidas de la peluquería.
El filme no oculta su mensaje feminista, sino que lo muestra en todo momento, a través de distintos elementos como las letras de las canciones -sí, en Queen Kong cantan y bailan-, un barco llamado “La Dama Liberada” o una pelea entre la simia gigante y un T-Rex, al cual nuestra heroína derrota tras darle una patada en las pelotas. Muy sutil. Incluso encontramos a la versión femenina del Tiburón de Spielberg, llamada Lady Jaws, en uno de los chistes más desconcertantes del guión, de esos que no sabes si reír a carcajadas o llorar de pena.
La célebre productora hongkonesa Shaw Brothers, conocida por sus películas de artes marciales, también se apuntó en 1977 a la moda de copiar KING KONG con su obra THE MIGHTY PEKING MAN, una reinterpretación que añade nuevos elementos a la ya sobadísima trama donde, nuevamente, un grupo de ambiciosos empresarios quieren hacer negocio a costa del animal gigante.
La jugada sale mal -oh, sorpresa-, y así tenemos a otro señor vestido de gorila, con una cara realmente perturbadora, quien vuelve a arrasar una gran ciudad -ahora toca Hong Kong-, aunque en esta ocasión, el enorme simio es acompañado por una mujer en bikini de leopardo con media teta fuera -una suerte de “Tarzana”-, la cual ha sido criada por la bestia del título como si de su hija se tratara.
Lo cierto es que el filme, con sus enormes y trabajadas maquetas, cuenta con una producción ciertamente notable, lo que no impide que encontremos todo tipo de momentos que invitan a mofarse, en forma de escenas de amor a cámara lenta con canción pastelosa incluida o extras a los que les caen rocas encima y apenas gesticulan. Como si les hubiera caído cartón piedra encima y no se hubieran dado cuenta. Que es lo que realmente ocurre…
Al final, el espectador es recompensado con un entretenidísimo clímax, donde revientan decenas de coches de juguete y maquetas que se desmontan sólo con rozarlas -un drama mayor que el de Las Fallas-, en la mejor tradición de las películas japonesas de Godzilla. Como curiosidad, hay que señalar que al prestigioso y ya fallecido crítico estadounidense Roger Ebert le maravillaba este filme y, consciente de sus carencias pero debido a la diversión que le proporcionaba, no dudó en darle una buena nota en el periódico Chicago Sun-Times.
En esta artículo no podía faltar esa fábrica de chorongos fotocopiados llamada The Asylum, productora estadounidense que debe su fama a copiar éxitos ajenos de forma descarada. Cuando en 2005 el realizador Peter Jackson estrenó su remake de ‘King Kong’, ellos inmediatamente contraatacaron con “King of The Lost World”, haciendo gala de su absoluta incompetencia en la elaboración de efectos CGI. Dejemos que un vídeo nos lo muestre.
EL VÍDEO YA NO ESTÁ DISPONIBLE
Ahora sí, por fin llegamos a la peor versión imaginable de King Kong. La hallamos en Bangladesh, filmada hace tan solo seis años -en 2010-, la cual posee todo aquello que cualquier amante del cine chungo podría soñar e incluso más cosas. ¿Planos robados de otras películas? Por supuesto, es un filme verdaderamente tercermundista, que parece rodado hace treinta años, como así atestigua el uso de planos del remake de Laurentis. ¿CGI chungo? Claro, y además del que avergonzaría a un ejecutivo borracho de Asylum. ¿Efectos de sonido lamentables? No sólo eso, sino que están… ¡hechos con la boca! De esta forma, los cocodrilos rugen con pedorretas. ¿Maquetas de saldo? Ni eso; cartones de pizza con ventanas pintadas por niños de preescolar, tal y como podéis disfrutar en el trailer: