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Repasamos cinco pésimas películas de imagen real de Dragon Ball sin echarnos a llorar

por en 10 abril 2020
 

¿Cuál es el cómic que ha salido peor parado en sus múltiples intentos de saltar al cine de imagen real? Muchos dirían que “Los Cuatro Fantásticos” de la editorial Marvel, pero no sería del todo cierto. En una posición aún más desastrosa, se haya sin duda alguna “Bola de Dragón” de Akira Toriyama. Las cinco veces -que yo sepa, seguro que hay alguna más que este tebeo ha sido trasladado a la gran pantalla, el resultado no ha podido ser más hilarante y bochornoso.

Y es que, no sólo estamos ante un material realmente difícil de versionar -recordemos, el protagonista es un niño con cola de mono cuyos mejores amigos son un cerdo parlanchín, un niño calvo sin nariz y un anciano adicto al porno-, sino que, además, quienes han osado llevar a cabo semejante tarea -incluyendo a la industria hollywoodiense- no han podido hacerlo de manera más chapucera, hasta el punto de que todas y cada de esas adaptaciones constituyen indiscutibles clásicos del humor involuntario, que ningún amante del cine trash debería perderse, como voy a demostrar a continuación.

BOLA DE DRAGÓN: COMIENZA LA MAGIA (1991)

Estamos ante la adaptación más icónica y “querida” por los fans, lo que no es decir mucho… Sí, es un filme taiwanés de bajísimo presupuesto y atroz ejecución, pero ¿por qué “gusta”? Pues porque no hay mucho donde elegir… Si se la compara con Dragon Ball Evolution -de la que inevitablemente hablaré después-, esta película al menos hace reír -aunque sea sin querer- y es bastante fiel al material original.

Asimismo, la nostalgia que provoca es otro importante aliciente para que sea recordada con cariño. A pesar de ser un producto pirata sin la licencia oficial del manga, eso no impidió que el filme se distribuyera por medio mundo con el nombre de “Bola de Dragón: La Película”, incluyendo España. Muchos de los nacidos en los 80 se cruzaron con este despropósito en el videoclub del barrio y hasta se atrevieron a alquilarlo, con el consiguiente espanto e indignación, en lo que fue para algunos de ellos el primer y traumático contacto con el verdadero “cine cutre”.

Desafortunadamente yo no estuve entre esos valientes que se atrevieron a pagar por ella -algo de su sugerente carátula le decía a mi pequeña mente aún sin desarrollar que la película podía ser “decepcionante”-, aunque siempre recordaré con una sonrisa las innumerables tardes en las que levantaba la caja del VHS y vacilaba a la dependienta del videoclub, preguntándole qué tal era la cinta y ella siempre contestaba con su respuesta estándar “¡mu güena, mu güena!”, y yo acto seguido me desternillaba a mandíbula batiente -para acto seguido coger una de Steven Seagal o un actor similar-. Ah, la felicidad de un niño está hecha de pequeñas cosas como aquella… (si queréis saber más sobre historias como esta, no dejéis de escuchar la última entrega del exitoso TDC Podcast, dedicada precisamente a Dragon Ball).

Cuando años después adquirí mi gusto por el “mal cine”, busqué está película incansablemente por Internet, hasta que bien entrados los 2000 pude hacerme con una copia (sí, es lícito piratear esta obra, ¡os recuerdo que está rodada sin permiso!) y flipé en colores de todos los tonos del espectro visible. Un verdadero festival del cachondeo repleto de todo aquello que convierte a una película en digna candidata de ser proyectada en un evento como la CutreCon.

Para empezar, está el descaro con el que se aborda la adaptación. Al no poseer los derechos del manga, todos los personajes, a excepción de Goku, tienen los nombres cambiados, y, de esta manera, Yamcha se convierte en Westwood, el cerdo Oolong en “Cerdito” o Piggy -según la versión- y el malvado Pilaf se transforma en un villano descartado de los Power Rangers al que llaman Rey Cuerno.

Luego están los efectos especiales. Es bien conocido el gusto del cine chino y taiwanés por los cables, pero lo de esta película es de traca. En todas las peleas, sujetando a los actores hay tantos cables fatal disimulados y perfectamente visibles, que uno se pregunta si realmente los personajes son luchadores de artes marciales o trapecistas haciendo alguna performance en mitad del bosque.

El abuelo Bartolo se dispone a entrenar al Vaquilla

Por supuesto no me olvido de las caracterizaciones. Si los nuevos nombres dan risa, el aspecto de cada personaje puede provocar que te ahogues de risa. Gafas de culo de vaso para el abuelo de Goku, un hombre cerdo pintado con betún que se va destiñendo, un Maestro Roshi interpretado por un veinteañero con bigote postizo, y una cacatúa en sustitución del peludo y azulado Puar -aquel peluche parlante que acompañaba a Yamcha-, son algunos de los memorables ejemplos que encontramos en esta joya del cine. Si el reparto entero entrara con esas pintas en un Expocómic, los echarían a patadas por la puerta de atrás.

Como detalle curioso, conviene indicar que “Comienza la Magia” no es exactamente una adaptación del primer arco argumental de la serie, sino una libérrima versión de “La Leyenda del Dragón Xerón”, la primera película de animación inspirada en el manga de Toriyama. Asimismo, también circula por ahí una versión remasterizada con efectos especiales actualizados, la cual no recomiendo, ya que le quita toda la gracia y el encanto al filme.

Si os atrevéis, podéis ver la película entera en Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=QkhwWHSY5fg

DRAGON BALL ZERO (1990)

En Cinecutre.com esta versión surcoreana del manga de Toriyama es nuestra adaptación favorita, ya que es incluso más fiel y descarada que la adaptación taiwanesa. Y, como es de suponer, tampoco cuenta con los permisos legales, lo que no le impide fusilar medio manga y utilizar gran cantidad de sus personajes, sin cambiarles el aspecto ni el nombre.

El resultado es tan desastroso que, cuando vi imágenes por primera vez en un foro que ya no existe, estaba convencido de que se trataba de un filme casero rodado por actores amateur, lo que, a mi juicio, le restaba todo el valor cinematográfico. Hasta que años después me enteré de que se trataba de una auténtica película “profesional” que incluso se llegó a estrenar en los cines de Corea del Sur. ¿Quién iba a imaginar algo así con imágenes como la siguiente?

Si en la reinvención taiwanesa Puar era cambiado por un loro, aquí directamente utilizan un peluche de saldo que los actores mueven con la mano. Si pensabais que “Comienza la Magia” era insuperable en cuanto a descaro y desvergüenza, estabais bien equivocados. “Dragon Ball Zero” -como así la tituló Trash-O-Rama en su reciente edición en castellano- se trata de la adaptación más fiel de todas, siguiendo la primera trama del manga casi al pie de la letra, aunque en el tramo final se tomen algunas licencias descacharrantes, como cuando el cerdo Oolong lanza un kamehameha como si tal cosa.

A Son Goku no le ha sentado nada bien lo de esnifar chapapote

La cinta es una bacanal de despropósitos donde, como es de esperar, las caracterizaciones vuelven a ser la risión. Así las cosas, Oolong parece salido de una comparsa de gigantes y cabezudos (a través de la boca de la máscara se intuyen los ojos del actor en varias escenas) y el actor que interpreta al Maestro Roshi lleva una calva digna de Chiquitistán, que más bien se asemeja a un gorro de piscina.

Y si Puar era un peluche, el radar de las Bolas de Dragón no podía ser menos que una imitación barata de una Game and Watch de Nintendo

Las localizaciones están a la altura: descampados con barrujo y escombros, parques a los que sólo les faltan las mesas de merendero y una Kame House -la morada del citado Roshi- que es directamente un recortable plano mostrado con total descaro. Viendo la película, uno se plantea la posibilidad de que el Maestro sea realmente un mendigo que vive en una roca y que ha pintado una puerta a unos cartones con los que se arropa cuando duerme.

Pero si hay algo que eleva esta película al Olimpo del cine cutre es su sentido del humor pasadísimo de rosca, llevando los chistes picantones del manga original a otro nivel. Si en la obra de Toriyama ya encontrábamos cosas muy incorrectas, los coreanos van más allá y meten escatología a cascoporro, múltiples chistes de penes y bromas que flirtean con la pederastia, como podéis comprobar en el siguiente vídeo del canal Videofobia:

Por supuesto los cables vuelven a estar a la orden del día, con un uso tan abusivo que hay momentos en los que parece que los actores se van a enredar en ellos. Lamentablemente, la edición española en DVD está agotada, pero debido al clamor popular gozó de una relanzamiento, así que puede que tarde o temprano vuelva a haber nuevas copias disponibles en la web de Trash-O-Rama.

EL VÍDEO NO ESTÁ DISPONIBLE

DRAGON BALL EVOLUTION (2009)

De las cinco versiones que citamos en este artículo puede que sea la menos graciosa por la mala leche e indignación que genera entre los fans. Pero, si uno se la toma con humor y deja a un lado el enfado que provoca el hecho de que Hollywood haya gastado millones de dólares en semejante mierda, se puede pasar un rato realmente divertido, alucinando con todas las meteduras de pata y decisiones incomprensibles que se llevaron a cabo.

La película fue condenada por los fans desde la primera imagen oficial -hubo numerosas llamadas al boicot y todo- y el resultado final no decepcionó lo más mínimo. Se trata de una “obra maestra” de la vergüenza ajena, con kamehamehas que parecen flatulencias y el Son Goku menos carismático que se pudiera imaginar. Un Justin Chadwin con cara de no haber dormido, quien vio su carrera totalmente hundida tras protagonizar esta aberración, donde el ridículo villano en cuestión, Piccolo, se podría considerar otro descarte de los Power Rangers, en lo que parece un desafortunado guiño a la versión taiwanesa.

El desastroso resultado se podría achacar a la huelga de guionistas que asoló Hollywood durante el verano de 2009, pero va a ser que no. El problema no sólo está en el guión -ya de por sí tan lamentable, que años después hasta el guionista ha pedido disculpas-, sino también en las penosas caracterizaciones y antediluvianos efectos especiales, indignos de una supuesta superproducción hollywoodiense, como queda constatado en la batalla final, la cual está atestada de barato CGI que parece a medio acabar, casi al nivel de un juego de lucha tridimensional de la primera PlayStation. Recordemos el hilarante Honest Trailer:

Por momentos, “Dragon Ball Evolution”, por su concepción de la trama, su ridículo acabado y estética barata, parece una anacrónica película que podría haberse estrenado perfectamente en los 80. Y es que, personalmente, me recuerda a otras producciones como el Heman de la Cannon Films, por ejemplo, y a otras películas similares que sólo podían estrenarse en una década donde prácticamente todo estaba permitido.

Eso sí, gracias al nombre, el filme hizo bastante dinero en Asia, aunque en Estados Unidos se pegó un tortazo de órdago, hasta el punto de que los estudios Fox no quieren saber ya nada de la marca Dragon Ball. Tal fue el descalabro, que van a tener que pasar muchos años hasta que alguien se atreva a intentar rodar en condiciones otra adaptación del manga.

FUTURE COPS (1993)

Aquí he hecho trampas. No estamos ante una adaptación propiamente dicha de Dragon Ball, pero en esta película aparece un Son Goku de carne y hueso y por eso merece figurar en este reportaje. “Future Cops” es uno de los más bizarros ejemplos del loco cine hongkonés de las décadas de los 80 y 90, el cual no conocía escrúpulos de ninguna clase. No sólo aparece Son Goku sin permiso ninguno por parte de Toriyama, sino que el delirante argumento mezcla el videojuego Street Fighter 2 -también sin licencia- con el popular manga Doraemon.

Así, la trama cuenta cómo Ryu, Ken, Guile y otros personaje del célebre videojuego de Capcom han de hacerse pasar por alumnos de instituto para ayudar a Nobita, que está sufriendo bullying. Al final resulta que Nobita es el pseudónimo detrás del cual se esconde Son Goku, que en el futuro se convertirá en un juez que condenará a prisión al malvado Bison y… en fin, para qué seguir contando. Os juro que no me la estoy inventando sobre la marcha; la película es así y en ella aparecen numerosos actores que actualmente son considerados estrellas del cine de Hong Kong. El resultado sólo podía ser delirio en estado puro, como pudieron comprobar los sufridores asistentes a la CutreCon V, donde la cinta fue proyectada. Os dejamos con el trailer para que alucinéis bien fuerte.

SUPER MARIO CONTRA SON GOKU (2000)

Llegamos a la más ignota de todas las encarnaciones de Son Goku en el cine. “Si Mario at si o Goko” es una producción filipina rodada en 35 milímetros, proyectada en varios festivales de cine en su país e incluso editada legalmente en VHS, aunque emplee sin licencia propiedades de Nintendo y otras marcas. Reconozco con mucho pesar que aún no he podido verla, pero quienes sí han tenido la suerte de hacerlo -y se trata de fuentes bastante fiables-, se refieren a ella como una de las cumbres del cine asiático más psicotrópico. Para que veáis que existe, a continuación os muestro la carátula oficial del VHS (y, para los incrédulos, os indico que también tiene ficha en IMDB).

Y ahora vamos las buenas noticias. La distribuidora Trash-O-Rama, especializada en cine de serie B/Z, tiene intención de editarla en España en algún momento del presente año, en lo que promete ser uno de los lanzamientos en DVD más descacharrantes de 2017. ¿Podremos verla proyectada en la próxima CutreCon, que se celebrará en 2018? Puede que incluso antes, así que, por si acaso, no dejéis de consultar Cinecutre.com en los próximos meses.

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