¿Qué más se puede decir de Bela Lugosi? El intérprete de exótico acento que se convirtió en el Drácula por antonomasia por derecho propio. El hombre que llegaría a ser un icono del fantástico acompañando a zombies, asesinos e incluso a Abbott y Costello. El actor cuyo nombre podía aparecer perfectamente en el título de una película (“Bela Lugosi meets a Brooklyn gorilla” de 1952). El artista que trabajó codo a codo con Ed Wood, logrando que toda una generación de modernillos se quedase con su nombre a través de la oscarizada cinta de Tim Burton.
Quizá no se pueda decir más, pero sí se puede decir en uno de los lenguajes más perfectos: el cómic. “Lugosi. The rise and fall of Hollywood’s Dracula” nos llega de la mano de Koren Shadmi, autor de la biografía en viñetas de otro de los grandes del fantástico, Rod Serling (biografía que se lanzó bajo el más que adecuado nombre de “The twilight man” y que por favor nadie lo confunda con ciertos vampiruelos que en vez de morder a la gente brillan como arbolitos de Navidad… Hablamos del puntal de la mítica serie “La dimensión desconocida”). Volviendo al cómic de Lugosi, la obra en cuestión promete mucho, como se puede ver en este adelanto de Slash Film.
Koren Shadmi no es un desconocido por estos lares, donde hemos podido disfrutar en castellano de obras suyas como “A de anonymous” (Planeta Comic), “Highwayman” (Norma) o “Adicto al amor: memorias de un follador en serie” (también de Norma, y juro que no me invento el título). Tomos que se alejan en espíritu del que nos ocupa, pero que dan muestra del estilo claro y engañosamente sencillo del autor.
Así, esta nueva biografía de Lugosi llegará para unirse al gran número de cómics dedicados a vampiros y allegados de los que ya hablamos un poquito en Cinecutre cuando salió la noticia del lanzamiento dedicado a “Blacula”. Una tentadora obra que de momento sólo sale en inglés, pero que ojalá se una pronto a otros cómics lanzados en castellano y dedicados a otras figuras del séptimo arte como “Objetivo Hedy Lamarr” (publicado por Grafito Editorial) o “La parada de los freaks” de Fabrice Colin. Por si acaso, preparad sitio en la estantería: hay cosas a las que merece la pena hincarle el diente.