PONGA UN SNYDER’S CUT EN SU VIDA. A Alan Taylor le gustaría sacar a la luz su montaje de “Thor: El mundo oscuro”
Hay que reconocerlo: Zack Snyder ha hecho historia del cine. No por sus espartanos, un icono tan potente, que más de un cuñado ya sabe de qué disfrazarse siempre en Carnaval, aunque en el abdomen tenga más chocolate que tableta. Ni por su hombre de acero, que mucha supervelocidad y todo lo que quieras, pero no pudo salvar a Kevin Costner. Y por supuesto, no por demostrar una vez más como uno puede liarla parda con una secuela aún habiéndolo petado en la primera parte, con sus zombies cosplayers y amorosos (al menos entre ellos).
No. El director de “La liga de la justicia de Zack Snyder” de 2021 (busquénla en internet, realmente se llama así) lo ha logrado a base de cabezonería, logrando que un concepto tan clásico como “montaje del director” (eso sí, añadiendo material creado a posterori; el que puede, puede) sea rebautizado en medio planeta con su nombre. Hay que admitir, eso sí, que finalmente tenía razón y era mejor… Claro que, vista la original, no era tan difícil.
Como nos temíamos, la aparición de este montaje en plataformas primero y en físico después, abrió la caja de los truenos. Y por supuesto si hay un personaje de ficción (si hay algún vikingo en la sala no nos lo tenga en cuenta) que se pueda asociar a este fenómeno meteorológico, ese es Thor (golpe de platillo, por favor). Dicho y hecho: Alan Taylor, director con mayor fortuna en la pequeña que en la gran pantalla, defiende que le encantaria hacer su Snyder’s cut de “Thor: El mundo oscuro”, una de las cintas más vapuleadas del universo cinematográfico Marvel (con permiso de las secuelas de Iron Man, por supuesto) pero que aún así, cuenta con un puñado de fans de Thor (más bien de su hermano adoptivo, apostaría yo) que la reivindica.
Una secuela que hacía aguas por todas partes (no en vano sus protagonistas huían de Asgard en barca; sí, voladora, pero barca a fin de cuentas, comprobadlo), con un villano al que sacaban poco provecho, diseños feístas y una Natalie Portman a la que se le notaba a kilómetros el hastío de estar allí.
Por supuesto, como ha declarado Alan Taylor en Inverse, la culpa no es suya, sino que al parecer algo cambió en el proceso de montaje y acabó siendo una película distinta a la que él había pretendido. Además, el director de “Terminator Génesis” (el pobre se ve que no tiene mucha suerte con esto de las secuelas) no vacila tampoco en mostrar su entusiasmo por el trabajo de Snyder (más de uno lo llamaría envidia-ejem), aunque también confiesa no tener mucha confianza en recibir la llamada de lo alto que le permitiera los medios para hacer su versión de “Thor: El mundo oscuro” realidad.
En unos momentos convulsos para el dios del trueno, entre el denostado Thor fiestero de “What if…?” y el regreso de unos hipermusculados Hemsworth y Portman a la franquicia, no dejaría de resultar curiosa una revisión de esta secuela, que supuso el último vínculo de la saga con la seriedad antes de “Thor: ragnarok” (2017). Claro que yo siempre reivindicaré el que llamo montaje del Hiddleston: ceñir su visionado únicamente a aquellas escenas en las que sale Loki, reduciendo su duración a apenas media hora pero logrando minimizar significativamente los daños, y sin desembolsos adicionales. Señor Taylor, puede empezar a tomar nota.