AVPR: Aliens vs. Predator: Requiem
Estados Unidos
86 minutos
ALIEN VS PREDATOR: REQUIEM (la coletilla va de lujo, réquiem por las dos sagas que han sodomizado sin piedad)
En los foros lo pedíais, cuestionábais por qué esta película no estaba entre nuestras críticas. Antes de leer vuestras inquietudes, ya la tenía en mi punto de mira, pero por fin he reunido el valor suficiente y la he vuelto a ver, para dar el trato que se merece a esta bazofia. Os pongo dos advertencias por si acaso:
1) Hay spoilers a cascoporro
2) Pese a la multitud de ocasiones en las que se hace referencia a las personas subnormales, quiero expresar que los respeto más que a cualquiera que haya participado en esta peli. Sólo son formas de hablar un tanto crueles.
Empecemos:
Me encanta el cine de bichos, adoro todas esas películas en las que extraterrestres, criaturas del pasado, zombies y otros engendros cobran protagonismo. Todo empezó con Alien, el octavo pasajero, magistral cinta de terror fantástico dirigida por Ridley Scott, y siguió con toda la saga de estos xenomorfos (esta palabra no está en el diccionario, pero siempre he querido usarla para tirarme el pisto) tan queridos nuestros. Las cuatro entregas de Alien están dirigidas por directorazos (que lo hayan hecho mejor o peor es otra cosa, pero en su salsa son DIRECTORAZOS), pero vista la de Alien: Resurrección se fue perdiendo un poco la esperanza.
Con Depredador pasa un poco igual, la primera es genial y la segunda se queda un poco floja, pero ambas son películas disfrutables y que no importa volver a ver en un momento dado. Pero es que Alien VS Predator 2 no. Si la echasen por la tele, yo me pondría a ver la teletienda o Ana Rosa Quintana y denunciaría al canal que la está emitiendo. Porque esta película es, señores, un truño de proporciones épicas que hace que la primera de esta saga, que ya fue flojilla, te parezca buena. Mi teoría es que los que “dirigen” esto -los hermanos Strause, conocidos en su casa y por efectos especiales- son colegas de mi queridísimo Paul W. S. Anderson, director de Alien VS Predator 1, y que este último les pidió que hicieran tal mojón pardo que mejorase su obra por comparación. Y vaya si lo hicieron.
Hermanos Strause,defecando en mitos de tu infancia desde 2008
“””ARGUMENTO”””
La película empieza retomando justo donde nos dejó la anterior, en la nave donde un nuevo bicho, llamado popularmente “Predalien”, se abre paso a través del pecho del depredador muerto en la anterior entrega. Aquí yo me empecé a plantear mis paranoias mentales sobre los aliens, depredadores, incubaciones y su puñetera madre, pero pronto me percaté de que esta película no me iba a resolver mis dudas existenciales. El animalito recién nacido mata al otro depredador que ocupa dicha nave, provocando que ésta pierda el control y se precipite hacia nuestro querido planeta.
En un bosquecito muy majo, un padre enseña a su hijo de 10 años cómo arrebatar la vida a un animal que no les ha hecho nada ni se van a comer. La escena es idílica si te gusta la caza: un bosque precioso, dos gilipollas de verde oscuro, un ciervo desprevenido, una gran nave espacial cayendo envuelta en una gran bola de fuego…eeerm, sí, esto último es un tanto extraño, por lo que padre e hijo deciden perdonar la vida al padre de Bambi e ir a investigar.
¡¡¡Gilipoooooollas!!!
Tal y como cualquier ser sub-desarrollado habría pensado, eso no es una buena idea, pero papá se dará cuenta tarde. Al llegar al lugar de los hechos, padre e hijo tienen un desafortunado encuentro con el predalien, que se salda con un brazo derretido por el ácido que nuestros queridos bichos tienen por sangre. Aquí yo flipé, porque ya pasamos del ácido medianamente corrosivo de las primeras pelis al ácido LA HOSTIA de corrosivo de esta. No llega al núcleo de la Tierra de milagro, joder. Mientras papá cazador se muere del dolor por su brazo derretido, los face-fuckers que el dueño de la nave tenía conservados vivos como bonito recuerdo de sus vacaciones, acechan al niño por el bosque. A todos los que piensen: “buah, nunca nos enseñan la muerte de un niño en este tipo de pelis”, a todos ellos, entre los que me incluyo:
PATADA EN LOS COJONES
Nos regalan un bonito plano del pecho del niño reventando y ya empezamos a ver que esta peli se salta a la torera esas leyes no escritas que el cine de bichos suele tener, como la de no mostrar muertes de niños o embarazadas. Empezamos el recuento de seres: un predalien, dos face-fuckers y dos aliens chiquitinos (¡ay qué monos!). Por supuesto, el tiempo de “eclosión” de los aliens es irrisorio, y si en la primera película da la sensación de que salen en dos horas, aquí parece que va a sonar el ¡ping! del microondas. Mientras estos bonitos hechos ocurren, una señal de socorro mandada in extremis por la nave estrellada llega al planeta Depredador y nosotros hacemos un increíble descubrimiento:
Armamento de la hostia, visión nocturna, de calor, de movimiento, conquista de distancias interespaciales… ¡¡¡¡y viven en putas favelas cuadradas!!!!
Pero vamos a ver, ¿no se supone que estos vivían en ambientes selváticos? Corregidme si me equivoco, no soy una fanática de Depredador, pero lo poco que sé de ellos no me concuerda con este planeta-puto desierto. En fin, sigamos…
El depredador que recibe dicha llamada decide acudir él solito porque es así de macho, pero por primera vez no va a la caza por placer, sino a arreglar la que están montando los amigos aliens y borrar todo su rastro. Como un men in black pero en bestia.
Entre que viene Wolf (así se llama el depredador según IMDB, y me ha molado) y los bichos hacen de las suyas (lo que incluye el momento estelar en el que el predalien ADIVINA él solito cómo reproducirse fecundando a embarazadas por la boca), llega el momento de meternos en escena a los humanos, que en este caso son tan absurdamente estereotipados e imbéciles que no te encariñas con ninguno, y aquí creo que está el gran fallo.
¿Por qué esto es importante? Porque en una peli en la que la gente te cae bien, estás en tensión por los que no quieres que mueran. Aquí, en cambio, te la suda. Que mueran todos, ya ves tú, así terminamos antes con los diálogos absurdos. Los humanos tienen poco protagonismo en relación a los extraterrestres, pero sus minutos en pantalla llenan la película de estupidez, topicazos y aburrimiento extremo. Todos son lamentables y merecen morir. Seguiría contándoos el guión de la película, pero es un coñazo. Extremo. Básicamente es “oh vienen bichos! ¡huyamos!”, muere alguno del grupo y siguen huyendo hasta que quedan cuatro que se salvan en un helicóptero y el ejército peta la ciudad con aliens y depredador dentro. FIN. Ahora imaginad que el 80% de la película está compuesta por escenas que parecen rodadas por cámaras epilépticos, de noche y lloviendo.
Os he ahorrado 90 minutos de vuestra vida, que a pesar de no ser muchos para una película, se hacen interminables. En todos esos minutos no hay NI UNO en el que los bichos se vean bien. En la pelea final, que se supone que es el clímax de la peli, no se llega a distinguir cuál es el predalien y cuál el depredador, llegando un momento en que te la suda quién gane, porque sabes que van a morir todos y lo estás deseando. De hecho, a mí hasta me da rabia que se salven los cuatro que se salvan.
De todas maneras, seguro que os estáis preguntando algo… Si la peli se llama Alien VS Predator… ¿por qué casi no he hablado del depredador? Mis queridos amigos, porque este depredador merece sección propia en la crítica:
WOLF, EL EJEMPLO DE AFÁN DE SUPERACIÓN DE UN DEPREDADOR SUBNORMAL
Efectivamente, aunque gane, seguirá siendo retrasado.
Siempre consideré a los depredadores algo así como espartanos pero en bestia y extraterrestre. Nunca llegué a pensar que podrían existir depredadores retrasados hasta esta peli, que me abrió los ojos. Toda esta película es un documental que nos narra las duras vicisitudes a las que se tiene que enfrentar nuestro pobre Wolf con su escaso alcance mental. Empieza en el sillón de su casa de Sao Paulo, en el que recibe la llamada de socorro de su amigo, ya muerto. Presa del pánico y la tristeza, Wolf se embarca en una misión para vengarlo, ya que este amigo fue el que siempre confió en él, a pesar de ser especial. Sin avisar de sus intenciones a otros depredadores, pone rumbo a nuestro planeta sin perder más tiempo, y aquí comienza su desgracia.
Nada más llegar a la Tierra, se mete en un charco. No hay necesidad alguna de hacerlo, pero ¿por qué no joder su camuflaje óptico si él quiere? Está en su derecho de hacerlo gratuitamente. Al ver los restos de la nave caída y cadáveres alrededor, nuestro Wolfy saca su milagroso líquido azul, que desde ahora llamaré KH7, y con ello deshace todo rastro de nave o prueba alienígena que allí había. Lo bueno de este líquido es que es más inteligente que el propio depredador y no deja rastro chamuscado en la tierra o deshace de más, no. Deshace EXACTAMENTE lo que necesites y los depredadores invirtieron años de su vida desarrollándolo, de ahí que sus casas sean una mierda. Se quedaron sin presupuesto para todo los angelitos, pero ¡lo que ahorran en chachas! ¿o es que vosotros os imagináis a un depredador fregando cacharros?
Después de echar KH7 por toda la zona, Wolf ve a un policía corriendo por el bosque cerca de su posición. Sin dudarlo y empujado por su instinto le da caza sin cuartel, lo desuella y lo cuelga de un árbol. “Claro -piensa astutamente Wolf- los humanos no creerán que pasa nada raro aquí si dejo el cadáver así. He leído que las ardillas lo hacen. Ajar ajar ajar (así se ríen los depredadores), qué listo soy”.
Más adelante, a nuestro pobre lumbrera lo hieren y se tira 5 MINUTAZOS cosiéndose la herida, como si no nos hubiesen enseñado ese comportamiento nunca. Lo que pasa es que dudaba entre punto de cruz o petitpoint (petipuá), joder. Su desgracia continúa cuando sigue el rastro de los aliens y éstos le pillan por sorpresa porque está muy oscuro. Pero a ver, criatura de Dios, ¿no tienes un sensor de alien en tu puto casco? Pues se suele usar para estas cosas, alma de cántaro.
El punto álgido de toda esta historia de estupidez y superación llega cuando nuestro amigo es atacado por un alien y unos humanos de mierda, pierde su láser chupi-guay y se cae POR EL PUTO HUECO DE UN ASCENSOR. ¿Hay ser más lamentable en esta película? Yo creo que no.
Resumiendo, esta película es una mierda, los únicos que parecen tener algo de inteligencia son los aliens, y el diseño del predalien me parece de vergüenza ajena. Creo que es como cuando me hacen presentar bocetos de un dibujo definitivo y lo que hago es hacer el dibujo definitivo con lo primero que se me ocurra y luego hacer los bocetos para disimular, como si hubiese pensado o algo. Ellos lo hicieron igual, fijo.
En fin muchachuelos míos, no la veáis, dedicaos a cosas más productivas como ver cómo crece la hierba, calcular trayectorias de pelotillas de papel en clase y esos pequeños placeres de la vida. ¡Hasta la próxima!